Leroy Gutiérrez, “Grandes niños. Tutankamón” en Grandes Niños: Vida de Niños que Fueron Famosos y Dejaron Huella en la Historia. México, SEP-Porrúa, 2005.
42. Grandes niños.
Tutankamón
En noviembre de 1922, entre las arenas del Valle de los Reyes, en pleno
desierto de Egipto, los británicos Lord Carnarvon y Howard Carter hallaron una
copa con el nombre de Tutankamón junto a algunas piezas de oro. El indicio de
que estaban cerca de la tumba del faraón (como llamaban en el antiguo Egipto a
los reyes) se confirmó pocos días después, cuando lograron abrir la puerta que
conducía a un recinto subterráneo donde encontraron una caja fúnebre de más de
cinco metros de largo y casi tres de altura, tan grande como una habitación.
Dentro de la caja había un sarcófago de oro sólido donde descansaba la que
sería desde entonces la momia más famosa de la historia: la del rey
Tutankamón.
Probablemente, el faraón más problemático de todos fue Akenatón (1379
a.C.-l362 a.C.), quien le impuso a su pueblo un dios único, Atón; se nombró a
sí mismo sumo sacerdote de la nueva religión, persiguió sin tregua a los
antiguos sacerdotes y cambió la capital, de Tebas a una nueva ciudad, llamada
Aken- Atón y consagrada a la adoración del nuevo dios.
Cuando Akenatón murió, el poder quedó en manos de su yerno Tutankamón.
Fue coronado a los 10 años de edad y reinó hasta su prematura muerte a los 20
años. Restableció el culto a Amón-Ra (rey de los antiguos dioses egipcios) y
regresó la capital a Tebas.
La muerte del joven es un enigma, así como el origen del tesoro dentro
de su tumba, que incluía una pesadísima máscara de oro y muchas joyas. Se cree
que los sacerdotes pagaron al joven rey para restablecer el culto a Amón y
recuperar su antiguo poder. Pero más allá de la historia real, este niño rey ha
vivido para siempre en la imaginación de generaciones enteras que lo asocian
con misterios y leyendas de aventuras.
Leroy Gutiérrez, “Grandes niños. Tutankamón” en Grandes Niños: Vida de
Niños que Fueron Famosos y Dejaron Huella en la Historia. México, SEP-Porrúa, 2005.
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